martes, 26 de julio de 2011

animales con nombre propio

                                                Descendiente directo de A voces Cuando Está Lejos
                                                                                     y de nombre A Voces Cuando Está Lejos

En los años de mi infancia, me gustaba pasar los días en el campo. Tenía un tío llamado Antonio,  que poseía una finca en la que se criaban por aquellos entonces todo tipo de ganado, vacas, ovejas, cerdos y cabras. Para los trabajos mas duros había también algún que otro equus asinus, de los que una hembra era ciega y de nombre, atenta. Se dedicaba ella a las labores escolares o sea, me llevaba y me traía del colegio;  el camino, unos 3 kms lo tendría grabado en su memoria, porque no tropezaba ¡NUNCA!, siendo este, hábito común en los de su especie (que somos muchos). Su novio, Cristiano, se decía de él que estaba siempre rezando el "yo pecador", la verdad, que por mas sigilo que empleaba para escucharlo, nunca le oí semejante plegaria. Todo lo mas, unos rebuznos que me ponían los vellos de punta.
                                                            Equus Asinus

También había varios mastines, Chindasvinto, Recesvinto, "Recadero" y A voces cuando está lejos. Al casero, que era el que le ponía los nombres, se le acabó la lista de los reyes godos en el segundo, pues a partir del tercero no lo tenía muy claro.
.- Manolín -me decía- Los perros se llaman así, porque así se llamaban los Visigodos.
.- ¿Y el otro manué?
.-El otro se llama..-Quitándose la gorra y rascándose la cabeza- ¡a voces cuando está lejos!. De manera, que pienso que el nombre quién de verdad se lo puso fui yo, que a partir de entonces siempre llamaba al perro así, sirviendo de risas al casero y a los pastores.

Un gallinero que hacía las delicias de mi tía María y las mías, cuando de recolectar los huevos se trataba, ella por recolectarlos y yo, por..., digamos que me gustaba como sonaban en la pared. Estaba dominado por un gallo de nombre Narciso, que paseaba su presunción mas allá de los extramuros del gallinero. Cuestión esta que le costó la vida. En  un apartado exclusivo contaré como fue, pues merece capítulo aparte.

También merodeaban por el cortijo algunos gatos, entre los que destacaban los que llegaron a tener nombre, Pringuipringui, Manguimangui, Miseria, Carpanta y ¡Sape! con este último nombre hubo muchísimos. Todos ellos muy finos, yo diría casi transparentes. Todos hubiesen servido para estudiar la anatomía gatuna sin necesidad de despellejarlos.

                                                     unas cabritas con su cabrón

Entre las cabras, había una, que era un caso aparte, al cabrero me lo traía loco, no sabia como ponerse y ponerla para ordeñarla, en la mayoría de los casos de una forma u otra le tiraba el cubo de ordeño al suelo con las consiguiente pérdida de la leche, su nombre, Cabruna. 
También formaba parte de la piara un Cabrón - nunca mejor dicho- que estaba siempre haciendo cabriolas. Había que andarse por las ramas con este ejemplar, pues cualquier toro de lidia se le quedaba en pañales, su nombre "Cabreao".

Había otros muchos animales con nombre propio, pero la memoria es débil, espero en un futuro no muy lejano irlos recordando y haceros partícipes del ingenio que gastaban aquellos pastores para nombrar a sus animales mas destacados. 

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